La fiesta, organizada en los jardines de la Alcazaba de Málaga, congregó a todos los participantes del festival. Para ello, la agencia de eventos, Makyre, creó un ambiente basado en la propia esencia del festival.
Los invitados al llegar eran recibidos por unos pequeños aviones teledirigidos que volaban por los jardines de la Alcazaba. Grandes jarrones con arena de la playa y geranios propios de los balcones malagueños, vinilados con un ojo picassiano (artista de la Ciudad de Málaga) y una silueta de avión daban ese toque especial.
Además del juego de luces en azul (cielo y mar), el ocre de la arena, y el morado y verde de la bandera malagueña daban un encanto especial al marco incomparable del monumento malacitano.
Además, hubo un cuadro flamenco para animar la fiesta, en la que se cuidó de hasta el último detalle para hacer de este acto un evento inolvidable.
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Publicado
28/09/2009