El éxito es cuestión de presentaciones efectivas. Internamente, los coordinadores las realizan para vender el valor de las reuniones que organizan para luego entregar los resultados. Externamente, los proveedores necesitan captar más negocio con menos oportunidades para realizar presentaciones de ventas.
Al saberlo también, pasarás más tiempo que nunca reuniéndote para discutir sobre presentaciones; para luego investigar y diseñar esmeradamente las diapositivas. Si bien estos pasos laboriosos son importantes para la presentación definitiva, ¿te preparan de veras para el gran momento?
Para prepararse para la presentación en sí no hay nada como un buen ensayo (o dos). No me refiero a un repaso en el que te limitas a hacer clic en todas las dispositivas mientras lees en voz baja los puntos más destacados. Un ensayo es una sesión de prácticas pensada para una actuación pública. Es hacerlo como si se hiciera de verdad.
Para que el ensayo salga bien se requieren dos cosas de ti: compromiso total y buena imaginación. Si bien te parece difícil ahora, es probable que te saliera con mucho más facilidad de niño. Los niños se comprometen naturalmente con sus juegos, recitales y momentos de fantasía. Se ven a sí mismos en alta definición.
Mi tío Jim, por poner un ejemplo, me dejó un montón de discos a finales de los años sesenta, cuando embarcó hacia Vietnam. Mi preferido era Meet The Beatles, y lo ensayaba a menudo. En el salón ponía el disco y cantaba a voz en cuello, utilizando el mango de nuestra aspiradora como micrófono. Me podía imaginar en el escenario, tocando con la banda en el Estadio de los Dodger. Podía oír rugir al público después de cada canción. Hacía una reverencia.
Mi abuela se escondía detrás de la puerta, mirándome hacer el ridículo y sonriendo para sus adentros. Ella atribuye mi falta de miedo a la hora de actuar delante del público – como hice en 1972 ante alrededor de 100 niños en el campamento de verano – a esos conciertos de mentirijillas.
De niños no tenemos problema alguno con fingir lo que no somos, pero de adultos nos retraemos y limitamos nuestros ensayos a rápidos repasos mentales sin imaginaria o drama. Lo que es un pena, ya que estos ejercicios de contacto total pueden aumentar nuestra confianza y sensación de preparación más que ninguna otra cosa; sobre todo cuando nos inquieta la situación.
Puedes realizar un ensayo mental estés donde estés. En tal caso, has de evocar las imágenes de la situación en la que actuarás –el lugar, el público, el ambiente, tu apariencia, todo–. Cuanto más nítidas sean las imágenes en tu mente más familiares te serán luego. En el mundo de los deportes, las visualizaciones constituyen una parte esencial de la preparación de los entrenadores y preparadores al reconocer el poder de la imaginaria para aumentar la confianza.
Asegúrate de incluir imprevistos en tus ensayos. Es aquí donde el proceso se vuelve más “adulto”. Cuando los niños participan en juegos de mentirijillas, todo siempre sale a pedir de boca. Cuando daba mis conciertos de pega, tenía el público en mi bolsillo. Esto no te preparará para el mundo real de objeciones, distracciones y limitaciones.
Un estudio publicado por la Journal of Sports Sciences hizo un descubrimiento señero: los adolescentes que ensayan mentalmente cómo superar situaciones competitivas adversas eran los más confiados y preparados cuando se realizaban juegos. Esta técnica se denomina Dominio Específico de Motivación (MS-Mastery en sus siglas en inglés). En este caso, te visualizas a ti mismo dominando una situación estimulante, en lugar de repasarla e imaginar que lo has hecho bien. Fuerza tu imaginación para identificar cosas que podrían salir mal y los reparos que se te pondrían poner. Imagina cómo los superarías con calma y luego sigue hacia tu gran meta.
Aunque los repasos mentales tienen mérito, no hay nada como un ensayo general. Si tu actuación va a ser una charla o presentación, necesitas ensayarla en voz alta; ¡y de cabo a rabo! Cuando tengo una presentación suelo levantarme temprano y ensayarla ante el espejo, haciendo contacto visual conmigo mismo. He aprendido que, si puedo mirarme a los ojos y me gusta lo que estoy diciendo, a mi público le va a gustar también.
Cuanto más fidedignamente puedes simular la experiencia física tanto mejor. Si vas a ensayar una presentación de trabajo, hazlo en la sala donde lo vas a realizar de verdad. Monta tus ayudas visuales y utilízalas, al igual que vas hacer más tarde. Recluta a unos voluntarios para hacer de público. No olvides de llevar un reloj para poder comprobar la duración de cada fase de la presentación. Acumularás mucha experiencia de cómo hacer frente a personas distraídas, teléfonos móviles que suenan, relojes que hacen tictac y dispositivos que no funcionan cuando deben. En algunos casos, te darás cuenta de que necesitas realizar algún que otro ajuste técnico o de contenidos, lo que es otra ventaja más de los auténticos ensayos.
Al incluir imprevistos en tu ensayo, no te pondrás nervioso cuando ocurran de verdad durante la presentación. A medida que acontezcan, estarás familiarizado con la situación y, sonriendo para tus adentros, dirás: “¡Sabía que iba a pasar!” El ex campeón mundial de boxeo, Mike Tyson, dijo una vez: “Te deja KO el elemento de sorpresa, eso es lo que te hace besar la lona. Si ves venir el golpe, puedes sobrevivirlo”.
Después de un buen ensayo, celébralo con el entusiasmo de un crío. Apláudete a ti mismo, realiza la danza de la victoria y almacena esta sensación en tu subconsciente. En su libro titulado Psycho-Cybernetics, el autor Maxwell Maltz arguye que nuestra mente subconsciente se deja engañar fácilmente por nuestra imaginación. No sabe la diferencia entre un ensayo y la actuación en sí. Sólo sabe que lo has hecho anteriormente y lo has hecho muy bien.
Durante tu importante presentación, podrás utilizar esta experiencia exitosa para superar cualquier miedo o ansiedad. Tu próxima actuación te hará ilusión, en lugar de llenarte de temor. Tu nivel de preparación bien ensayada eliminará el miedo a lo desconocido, sustituyéndolo por una actitud de sólida confianza. One+
TIM SANDERS, uno de los ponentes más valorados del circuito profesional, es autor de World at Work: What Companies and Individuals Can Do to Go Beyond Making a Profit to Making a Difference (Doubleday, septiembre de 2008). Visite su sitio web: www.savingtheworld.net.
Este artículo es un extracto del próximo libro de Tim Sanders, Today We Are Rich: Principles for Confident Living (Tyndale House, marzo 2011).
Image
Publicado
24/06/2010