La agencia apuesta por el coworking y la tecnocreatividad.
A pocos metros de la Plaza Mayor, la base madrileña de Poko se aloja en Utopicus. Se trata de un espacio de transformación creativa donde profesionales de distintas disciplinas –escenógrafos, arquitectos, escaparatistas, fotógrafos, periodistas, programadores, etc.– comparten más de 300m2.
"Creemos mucho en lo co-, así que un espacio de coworking era perfecto" dice Joan Alvares, socio-director de Poko. "Trabajar aislado te niega la posibilidad de enriquecer las ideas, en un momento en que la publicidad exige tecnocreatividad: eso implica tener a nuestros creativos en contacto con especialistas de campos tan distintos como el desarrollo de apps, la robótica o la realidad aumentada". Compartir una idea es la forma más rápida de descubrir su pleno potencial. ¿Miedo a la competencia? "Preferimos hablar de coo-petencia: se puede competir colaborando".
Poko ha optado por minimizar las viejas estructuras de agencia y actuar como estudio ideacéntrico, donde todo funciona al servicio de la idea. "Sólo distinguimos entre thinkers –piensan– y makers –hacen posible–; lo demás nos parece irrelevante. Es arcaico separar entre juniors y seniors, cuando los nuevos nativos digitales tienen tanto que enseñar a sus superiores. O separar online y offline, cuando las ideas eficaces dicen que no quieren fronteras".
Al frente de Poko Madrid está Giancarlo Gomero. Antropólogo, máster en semiótica y experto en branding, ha sido editor en Latinoamérica y España. Como emprendedor creó Drama Centro de Arte Contemporáneo y Baruva, en Lima.
Poko abre en Madrid