Piensa globalmente, bebe localmente

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El alcohol puede hacer más por un evento que emborrachar a los invitados



Se conoce como garrafón, priva, aguardiente, pirriaque –incluso matarratas, por razones obvias. Los grupos religiosos y sociales llevan siglos poniendo en tela de juicio la moralidad de aquellas personas que ingieren bebidas alcohólicas. De hecho, el alcohol es uno de los temas que más polémica ha suscitado a lo largo de la historia. Pero imagina el evento de networking de esta noche sin él.



Una ligera pérdida de las inhibiciones puede facilitar la conversación, incluso entre aquel reducido grupo de retraídos que permanecen al lado de la puerta de la salida. La elección de bebidas ayuda mucho a romper el hielo, al igual que las anécdotas sobre “incidentes” embarazosos de tu época de estudiante –siempre y cuando haya transcurrido un tiempo prudencial.



Por lo tanto, el alcohol y el networking son en gran medida una buena mezcla. Pero ¿qué pasa si el evento gira en torno al alcohol? ¿Si el alcohol es el tema principal? Paul McLean del tour operador McLean Scotland ha organizado muchas visitas de empresa a destilerías de whisky, como parte de su robusta oferta, que incluye el golf, los jardines y las aventuras masónicas.



“Escocia es famosa por su turismo y su whisky,” afirma McLean. “Nos gusta combinar las dos cosas. Cada whisky tiene un sabor y un aroma distintos. Del este al oeste, del norte al sur, todos son diferentes.”



McLean nos cuenta que ayuda a aunar los esfuerzos de muchas destilerías locales de whisky, algunas de las cuales también cuentan con instalaciones y espacios para conferencias y reuniones.



“The Famous Grouse en Crieff (cerca de Perth) ofrece una comida de nueve platos, cada uno de los cuales se sirve con una bebida complementaria. También hay destilerías que ofrecen a nuestros grupos la posibilidad de mezclar su propio whisky o celebrar una fiesta a puerta cerrada. Incluso podemos alquilar una destilería por una noche.”



En la destilería Glengoyne, cerca de Glasgow, los grupos pueden asistir a una clase magistral en la que destaca la cata de un whisky de malta de 17 años a pie de una catarata, además de visitas completas con guía, el olfateo de dos whiskys y sesiones de mezcla en la modernísima sala de muestreo. Y se trata tan solo de una de las muchas destilerías del país. Las destilerías de whisky escocesas son lugares ideales para los asistentes (y los organizadores) que quieren pasar una velada fuera del centro de conferencias.



“Es el momento de olvidarse del estrés del trabajo y relajarse,” añade. “No hay nada mejor que tomarse una copita de whisky en un entorno maravilloso con espléndidos paisajes –el sabor genuino de Escocia.”



En los Estados Unidos, la destilería de Jack Daniel en Lynchburg, Tennessee, no sólo organiza visitas para grupos de empresa, sino que también dispone de espacios únicos para reuniones, de los cuales el más grande tiene una capacidad para 400 personas.



“La mayoría de los grupos que experimentan el encanto y el auténtico sabor de Lynchburg se va con una nueva valoración de la marca y de este lugar, situado en las colinas de Tenessee,” dice Heather MacDonald, la vicepresidenta y supervisora jefa de contabilidad de la destilería de Jack Daniel. “Lo llamamos una ‘inmersión en Jack’. Con más de 250.000 visitantes al año de todo el mundo, recibimos mucha retroalimentación. La reacción más común es la incredulidad cuando se enteran de que cada gota de Jack Daniel se destila aquí mismo, en la hondonada.”



Según las palabras de MacDonald, la destilería tiende a servir de piedra angular para las reuniones y conferencias que se celebran en la zona de Lynchburg.

“Algunos grupos realizan la visita antes de celebrar las reuniones programadas, mientras que otros grupos la utilizan para romper un poco el día. En realidad, todo depende del parecer del organizador. El encargado de programar las vistas siempre ofrece sugerencias y ayuda con la organización para garantizar una visita singular.”



Las instalaciones del Ritz-Carlton Golf & Spa Resort, Rose Hall, en Montego Bay, Jamaica, no incluyen una destilería, aunque esto no es obstáculo para que el hotel explote Appleton, la marca local de ron. Con más de 25.000 metros cuadrados de espacios para reuniones, jardines y zonas de césped, un centro de negocios ejecutivo, el campo de golf White Witch, con una superficie de 2.400.000 metros cuadrados, y un spa de lujo, el Ritz-Carlton ofrece muchas posibilidades para reuniones.



“Utilizamos el ron Appleton de una forma u otra en casi todos nuestros eventos,” afirma Robert Goodwill, camarero de banquetes. “Siempre lo servimos y organizamos catas y cursos de ron. Estas sesiones suelen durar una hora. Básicamente, se trata de proporcionar a los asistentes información detallada sobre cómo se destila y se envejece el ron, además de incluir catas de diferentes rones.”



Un máximo de 50 personas pueden asistir a estas sesiones, y Goodwill nos cuenta que intenta inculcar “sentido de lugar” a los asistentes a reuniones.



“Es una forma de compartir nuestra cultura e historia con nuestros clientes. Se les cuenta anécdotas sobre la época de las plantaciones y se les explica cómo se molía la caña de azúcar con la ayuda de un burro para hacer ron y melaza, además de azúcar. A los clientes les gusta probar el ron e intentar comparar el sabor con el de otros rones que han probado en otros lugares del mundo. También les hace sentirse más cercanos al entorno local.”



Incluso si el alcohol no es una especialidad local, una copita puede animar cualquier ocasión especial –incluso el desayuno. Durante una visita de familiarización para unos organizadores de reuniones, Meg Kennedy del Silver Legacy Resort Casino en Reno, Nevada, echó mano al ron para despabilar al soñoliento grupo.



“Se les ofreció la posibilidad de servir alcohol en el desayuno, ya que queríamos animarlo. Los batidos de fruta (‘smoothies’ en inglés) con ron encajan con el tema tropical,” explica Kennedy. “Intentamos que las visitas de familiarización sean divertidas, puesto que el programa es agotador con tantos hoteles y atracciones por ver en tan poco tiempo.”



Desde luego, la organización del desayuno puede ser una tarea bastante ingrata, pero que sea a la vez animado lo es aún más. Al fin y al cabo, no todo el mundo se levanta con buen pie.



“Nuestro bar de ron, con su temática tropical, nos pareció el lugar idóneo para despejar a todo el mundo,” prosigue Kennedy. “Disponíamos ya de la decoración, así que lo explotamos utilizando mantelería con estampados florales y peceras como centros de mesa, encima de arena decorada con estrellas de mar de colores. Era imprescindible algún tipo de entretenimiento. Nuestro pianista incorporó a su actuación un diálogo sobre los eventos especiales que se celebraban en Reno, con música que se adaptaba a cada evento. Consiguió que todo el mundo no parara de reír.”



Pensándolo mejor, puede que fuera el alcohol. El equipo de Silver Legacy utilizó unas copas cerámicas en forma de loro y llenas de color para servir los batidos de fruta con o sin ron.



“Tuvieron muchísimo éxito. Les reglamos las copas,” añade Kennedy. “Para nuestros clientes tomarse una piña colada o un batido de fresa, mientras escuchaban canciones de Jimmy Buffet, fue un gran acierto y la manera perfecta de comenzar un día lleno de diversión.”



Por otra parte, no todo el mundo quiere ni puede beber alcohol antes de las ocho de la mañana. Una visita convencional a un viñedo puede resultar menos polémica, aunque no por ello menos divertida. Aparte de las opciones más evidentes, como el valle de Napa en California (véase “Reuniones doradas” en la página 112 del número de abril de 2007 de The Meeting Professional), la península de Mornington en Australia ofrece a los organizadores una plétora de opciones para reuniones, con la ventaja añadida de un gran número de visitas a viñedos y bodegas del que elegir.



Algunos de los lugares de la zona disponen de espacios para eventos y reuniones, así como cocina de autor, vinos premiados, visitas a viñedos y alojamiento. Ubicada en Red Hill, Paringa Estate cuenta con una carta basada en productos de la estación procedentes de la finca o de la zona, así como visitas panorámicas de los viñedos y espacios para celebrar eventos. Peridot Lakes, la finca colindante, ubicada cerca de la pequeña ciudad de Main Ridge, también cuenta con salas de reuniones, así como un lago alimentado por aguas de manantial y poblado de truchas, una chimenea de piedra de doble cara y una carta de cocina griega/mediterránea.



Mientras tanto, Kris Moe de Kris Moe Golf planea ofrecer a sus clientes corporativos una experiencia vitivinícola intensiva. En la actualidad, su empresa organiza principalmente actividades de golf –pero no por mucho tiempo. Moe tiene algunos sueños inducidos por el vino y ha puesto manos a la obra para hacerlos realidad.



“Puedo resumir los dos años que tarda el proceso del vino en siete horas,” afirma. “Esto abarca desde la vendimia, el estrujado y el despalillado, el prensado, el embotellamiento, el encorchado y el etiquetado. Los participantes pueden llevarse una o dos botellas de otra cosecha o dejar que el mosto se críe en barrica durante un año para convertirse en vino. Luego lo embotellaríamos para enviarlo a la empresa en cuestión.”



Moe afirma que los eventos pueden enfocarse en cualquier aspecto del proceso o en todos ellos y durar entre varias horas o un día entero. Añade que el proceso en sí tiene connotaciones corporativas.



“La producción de vino se puede entender como un microcosmo de cualquier negocio. Creas un producto, intentas crear un buen producto con constancia, lo empaquetas y lo vendes y, por último, estableces una base de clientes leales. El hecho de salir al campo para producir vino no sólo es una manera agradable de pasar el día, sino también una forma de apreciar el vino en más profundidad y comprender por qué la gente lo ha adorado durante milenios.”



Para Visit Wales y el centro de convenciones Venue Cymru en Llandudno, el hecho de que van a servir alcohol en el certamen Showcase Wales, que se celebrará en octubre, tiene más que ver con el orgullo nacional que con un intento de organizar una fiesta divertida. Adrian La Trobe, director de conferencias y eventos de Venue Cymru, ha decidido destacar las cervezas y los vinos locales en los eventos de networking del certamen.



“Ofreceremos a los asistentes –entre otras bebidas– una selección de cervezas y ales de barril de Conwy Brewery, una fábrica de cerveza ubicada a tan solo cinco kilómetros de Venue Cymru,” explica La Trobe. “Aunque se pueden comprar en Internet desde cualquier lugar del mundo, cervezas como éstas –sobre todo las de barril– solamente están disponibles en unos pocos establecimientos fuera del norte del País de Gales. El objetivo de este evento en particular es el de permitir a los asistentes experimentar esa identidad única galesa. Queremos presentar un producto sostenible que tenga su origen únicamente en la economía local galesa.”



Y hay un gran número de posibilidades de destacar las bebidas alcohólicas galesas en futuros eventos de este tipo. La Trobe dice que cada vez que descubre un nuevo proveedor local, esto añade algo a la experiencia que Venue Cymru ofrece a sus clientes –dándoles una muestra del espíritu y de la cultura seductores del norte del País de Gales.



“Uno de los aspectos que más vende un destino como el País de Gales es su identidad cultural, que es distinta a la de otras zonas del Reino Unido,” dice La Trobe. “Esta identidad se caracteriza tanto por aspectos como la comida y la bebida como por el lenguaje y el patrimonio galeses. Al darles la oportunidad de probarlas, enriqueces la experiencia que los delegados sólo pueden vivir si visitan el País de Gales.”



Jessie States es subeditora de The Meeting Professional.

Publicado
01/10/2007