¿Cuál es la principal razón de la mayoría de los fracasos de las pequeñas empresas? ¡El principal motivo es poseer un CI empresarial bajo!
Una tendencia común entre los propietarios de pequeñas empresas es pensar que para llevar un negocio con éxito sólo hacen falta conocimientos técnicos y algo de sentido común. Después de todo, en el mundo empresarial se trata de vender cosas a los clientes, así que ¿por qué tanto revuelo? Con sus conocimientos técnicos, los empresarios crean productos/servicios que venden a sus clientes, haciendo gala del sentido común. Más bien antes que después empezarán a preguntarse por qué las cosas no marchan tan bien como quisieran.
No es porque los productos/servicios sean malos; es por falta de conocimientos empresariales. La mayoría de los empresarios montan un negocio con una buena mentalidad empresarial. No se trata sólo de la calidad de tus ideas, sino más bien de cómo las pones en práctica. Al ponerlas en práctica, lo que se pretende es convertirlas en realidad. Es tu capacidad para conseguirlo. Entraña mucho más que la idea en sí, y he aquí el porqué.
¡Los negocios no se reducen al sentido común!
Ser empresario no es un trabajo para el que sólo se requieren una aptitud determinada y algo de sentido común. Ser empresario es una carga que va más allá de unas funciones o descripciones laborales específicas. De ahí, una forma muy elegante de fracasar en los negocios es depender sólo de tus conocimientos técnicos y sentido común.
Como empresario, tu trabajo es construir un negocio y no sólo hacer negocios. Es una tarea que exige más de una competencia. Puesto que la idea es construirlo, y no hacerlo como si fuera un trabajo cualquiera, si dependes de una sola habilidad, ¡jamás tendrás éxito!
Que seas un magnífico contable no quiere decir que seas capaz de construir una empresa contable fuera de serie. El saber contabilidad sólo es un aspecto de la construcción de un negocio, conocido como desarrollo o conocimiento del producto. En otras palabras, significa que dominas la contabilidad, ni más ni menos.
No quiere decir que seas un experto en marketing, ni un buen gestor, ni un buen empresario, ni un buen relaciones públicas, ni que sepas de liderazgo. Tampoco quiere decir que seas un buen comercial o estratega. La construcción de un negocio atañe a todos estos aspectos, entre otros muchos. Y el éxito está determinado por lo ducho que eres en más de un área del negocio; es decir, hasta qué punto dominas los principios empresariales fundamentales. Sin ellos, todos los aspectos de tu magnífico producto/servicios son papel mojado.
La primera cualidad empresarial fundamental que necesitarás para construir un negocio exitoso es el espíritu emprendedor.
El espíritu emprendedor es la principal cualidad en los negocios
¿Qué tal te va a la hora de idear cosas y convertirlas en oportunidades de negocio viables?
El espíritu emprendedor es la primera cualidad que debes desarrollar. Como piensan equivocadamente muchas personas, no se trata de montar tu propio negocio. Es más bien dar con una idea y convertirla en un producto/servicio, para luego construir el negocio en torno a dicha idea. El espíritu emprendedor es la capacidad de hacer que una idea sea realmente rentable.
Por lo tanto, una buena forma de saber si eres un buen empresario es preguntarte a ti mismo cuántas ideas has convertido en productos/servicios por los que la gente ha pagado. A un buen empresario no se le juzga por la cantidad de ideas que tiene, sino por la cantidad de ellas que ha lanzado en el mercado y de las que se ha beneficiado. La gente no te paga por tus ideas, sino para que le soluciones sus problemas. Has de tomar tu idea y hacer de ella algo por la que la gente quiere pagar. Eso es lo que significa ser empresario.
Para desarrollar tus habilidades de empresario has de dominar lo siguiente:
1.- La creatividad:
Los empresarios son las personas de las ideas y la capacidad de aportar nuevas ideas es la creatividad. Para ser creativo has de ser capaz de ver algo nuevo en algo viejo. La creatividad es el uso de la imaginación para crear cosas que no existían antes. Es más bien un hábito que una aptitud; el hábito de idear y crear algo nuevo. Se convierte en aptitud a través de la práctica. Tu creatividad se expresa por medio de la creación. Si no ideas y creas cosas, entonces ¡no eres creativo!
La mejor manera de empezar es cultivar el hábito de jugar a inventar cosas. ¿Qué quiere decir esto? Mira a tu alrededor y empieza a idear distintas maneras de hacer cosas, para luego intentar hacerlas realidad. El objetivo es entrenar la mente para que siempre busque un enfoque alternativo hacia la resolución de problemas existentes. La creatividad es simplemente pensar en "lo que podría ser", en lugar de centrarse en "lo que es". Es la búsqueda de una alternativa mejor que lo actualmente disponible. Como empresario, siempre debes estar buscando nuevas formas de hacer cosas viejas.
Una palabra de advertencia: la creatividad no tiene nada que ver con la originalidad. Lo que significa que no tiene por qué ser tu idea. La creatividad es tu capacidad para integrar con éxito la idea en lo que haces. La fuente de la idea es secundaria, pues lo que importa son los cambios únicos que aporta a la situación actual. Por lo tanto, debes mantener los ojos bien abiertos en busca de ideas que merece la pena tomar prestadas y ¡no tengas miedo a cometer errores a la hora de intentar ponerlas a buen uso!
2.- La planificación estratégica:
Se trata de la capacidad para ver el final desde el principio o para empezar con ese fin en mente. La planificación estratégica es cómo definas tus metas, identificas los procesos, calculas los recursos necesarios e integras todo los aspectos diferentes en un plan global. Tiene que ver con la definición y adopción de medidas.
En otras palabras, la planificación estratégica es dar lo mejor de ti mismo. Es saber que cada acción tiene dos resultados posibles –el éxito o el fracaso–, para luego limitarte a tomar las medidas que minimicen las posibilidades de fracaso y maximicen las de éxito. Esto es la diferencia entre el movimiento y el progreso. Uno es acción (movimiento) y otro, acción con sentido (progreso).
Como empresario, tienes un sinfín de ideas pero recursos limitados para hacerlas realidad. Así que no puedes permitirte el lujo de perseguir frenéticamente al mismo tiempo todas tus ideas. Has de manejar tus recursos limitados de forma estratégica a fin de asegurarte de que sólo se empleen en tus ideas más viables.
3.- Los estudios de mercado:
Es tener la paciencia de conocer al público al que intentas llegar. Muchos empresarios son incapaces de identificar claramente a su público objetivo y sus necesidades. Los estudios de mercado se realizan para conocer íntimamente al público objetivo al que quieres vender tus productos/servicios. Entraña entender quiénes son, dónde están, lo que les gusta y lo que no, cómo piensan, cómo compran, lo que hacen, cuánto ganan, y así sucesivamente.
Estos datos pueden clasificarse en dos amplios grupos:
La demografía: todos los atributos físicos de tu público objetivo (edad, sexo, ingresos, religión, estado civil, educación, afiliaciones, etc.).
La psicografía: todos los atributos emocionales de tu público objetivo (intereses, sueños, valores, deseos, ansias, etc.).
4.- El análisis comparativo:
Es tener la paciencia para conocer a la competencia. El objetivo de los estudios de mercado es identificar al público objetivo, en tanto que el análisis comparativo se realiza para disponer de información sobre tu sector, tu nicho o la competencia. La competencia son las demás empresas que tienen el mismo público objetivo que tú al que venden productos/servicios similares. Has de conocer a la competencia como la palma de tu mano. Has de identificar sus fortalezas y debilidades e idear la forma de diferenciarte de ellas. Nadie va a comprar de un copión y el análisis comparativo te ayuda a destacar en el mercado.
5.- La creación de valor/el desarrollo de productos:
La verdadera esencia del espíritu emprendedor reside en la creación de soluciones, en forma de productos y servicios, a los problemas que atosigan a la humanidad. Por lo que, como empresario, te faltarán aptitudes si no eres capaz de crear valor (productos/servicios). La prueba definitiva de tu capacidad empresarial es poder identificar las necesidades de la gente y crear productos/servicios que las satisfagan.
Tu éxito depende en gran medida de poder satisfacer dichas necesidades mejor que otros. Para afinar esta habilidad, céntrate en el cliente. Haz que el cliente sea el centro de todo lo que haces como empresario. Tu negocio existe para servir al cliente y, cuando pierdas este hecho de vista, menos capaz serás de crear valor (productos/servicios).
6.- La comunicación efectiva: escrita y oral:
Puesto que los empresarios son personas de ideas, el factor que más influye en el éxito o fracaso de tu negocio es la calidad de tus ideas y lo bien que las transmitas al mundo. Tu capacidad para transmitir tus ideas determinará si el mundo te acepta o rechaza. ¿Por qué es tan importante esta aptitud? Se debe a que tu trayectoria empresarial empieza por tener una idea para un producto/servicio y, en la mayoría de los casos, necesitarás la ayuda de otros para hacerla realidad.
El éxito de tu idea depende de si logras la ayuda de otros. En cada momento de tu trayectoria empresarial tus inversores, socios estratégicos, potenciales clientes o incluso tus propios empleados te pedirán una y otra vez que expliques tu idea. Si no les puedes convencer con palabras, entonces has fracasado incluso antes de empezar. Las habilidades comunicativas incluyen la capacidad de escuchar, redactar contenidos, hablar en público, realizar presentaciones, etc.
7.- Las alianzas estratégicas: el networking/la colaboración:
Has de ser capaz de conseguir la ayuda de otras personas mucho más listas que tú. Es posible que no puedas contratar a tiempo completo a la mayoría de estas personas, pero esto no supone obstáculo alguno para trabajar con ellas. Esto es cuando te puedes valer de tus aptitudes para el networking. La colaboración con esta gente lista te permitirá hacer más con menos.
Como empresario, no puedes hacer mucho solo. Así que es muy importante que, al principio de tu proyecto empresarial, busques a aquellas personas que puedan complementar tus habilidades. Estas personas comparten tu visión y les apasiona la misma causa. La colaboración con ellas te aportará mucha información y experiencia.
Image
Publicado
31/08/2012