El gran miedo de los emprendedores y cómo afrontarlo

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En mi último artículo, hablé sobre el segundo tema más popular y más buscado en naijapreneur: el branding. En el presente artículo, voy a abordar el tema más popular y más buscado en naijapreneur: el fracaso empresarial.



Después a analizar los datos de Google Analytics para naijapreneur, los términos o las frases que generan el mayor volumen de tráfico web incluyen el fracaso empresarial, por qué fracasan los negocios, las causas del fracaso empresarial, los signos del fracaso empresarial, y muchos más.



No lo sabía hasta que empecé mi blog, pero resulta que el mayor temor de los emprendedores es el fracaso. Los emprendedores tienen miedo a que lo que han construido les parezca una empresa malograda a otros. Temen que todas las horas que han invertido en un proyecto sean en balde. ¡Tienen miedo a que hayan de empezar de cero de nuevo!



En el presente artículo, quiero explorar en más profundidad algunos de estos temores y ofrecer algunas ideas útiles sobre cómo afrontarlos.



Los nueve principales miedos que atenazan a los emprendedores

Si ya llevas unos cuentos años emprendiendo o si aspiras a convertirte pronto en emprendedor, entonces estarás familiarizado con los siguientes miedos:



El miedo a empezar:

Evidentemente, muchos empresarios tienen miedo a empezar. Tienen una magnífica idea para un negocio, lo han discutido con varias personas y éstas creen que es viable, han realizado de algún modo una investigación de mercado, ven que su idea tiene potencial y ha llegado el momento de empezar.



Pero se ven retrasándolo, andándose con dilaciones y analizando en exceso. En vez de empezar su negocio de verdad, se encuentran aún estancados en la fase de planificación. Se trata del primer miedo que los emprendedores tienen que afrontar: es el miedo a empezar.

Aunque sobre el papel tu idea parece magnífica, temes que la realidad sea bien distinta. Tienes miedo a que las cosas no salgan según tus cálculos. Tienes miedo a que sea demasiada buena como para ser cierta. Temes que algo no salga bien. Y créeme cuando te digo que tu negocio hecho realidad será muy diferente de lo que imaginaste. Así que es válido tener miedo a empezar. Es algo real.



El miedo a lo desconocido:

Los emprendedores habitualmente temen lo desconocido. Como emprendedor, lo único que está garantizado al emprender el camino hacia la creación de una empresa es que nada está garantizado en absoluto. A lo largo de dicho camino no hay garantías que valgan, nada es seguro.



Se trata del temor más inquietante para un emprendedor que incluso afecta a los más exitosos. Cualquier negocio puede irse al traste cualquier día. Que tu negocio sea grande y exitoso no te protege de este temor, ya que el futuro es impredecible.



Tu producto de mayores ventas puede ser expulsado de repente del mercado por un competidor. Tu cliente más rentable puede quedarse sin negocio o cambiar de vendedor. Una tecnología disruptiva puede echar a perder tu modelo de negocio. Y el temor más tremebundo a lo desconocido es una depresión económica o un desastre natural.



En los negocios, al igual que en la vida, lo único constante es el cambio, que puede ser positivo o negativo. La triste verdad es que nadie puede prever el tipo de cambio que tendrá que afrontar en el futuro próximo. Así que, como antes, se trata de un temor muy válido. Por lo tanto es natural temer al futuro. ¿Por qué? ¡Porque se trata de lo desconocido!



El temor económico:

Uno de los desafíos de empezar y llevar un negocio es la financiación. Para abordar este problema, los emprendedores buscan fondos de varias fuentes; algunas internas como la familia o las amistades y otras externas como los inversores o bancos. Estos fondos prestados pueden constituir una fuente de temor para los emprendedores, sobre todo cuando aún no han podido devolver los préstamos que pidieron con anterioridad.



También en el plano económico, los emprendedores temen no poder pagar las facturas. Este temor es especialmente característico de los emprendedores que han abandonado el mundo corporativo para montar su propia empresa. Al haber dejado atrás la seguridad de percibir una nómina mensual, la realidad de no tener dinero suficiente para cubrir los gastos básicos, además del coste de mantener la empresa, puede ser paralizante.



Como antes, estos dos temores económicos son muy válidos. Es natural temer las deudas y es totalmente humano tener miedo a la bancarrota.



El miedo a los socios:

En algún punto de tu viaje empresarial, si no en las primeras fases, necesitarás contratar a más gente. Para la mayoría de los emprendedores, la primera persona en unirse a la empresa suele ser un socio o, como se suele denominar, cofundador. Esto nos lleva a otro temor que han de afrontar los emprendedores: el miedo a elegir al socio o cofundador equivocado.



La elección del socio o cofundador adecuado puede significar el éxito o fracaso de tu negocio. Si eliges mal, esto puede frenar su progreso y, si eliges bien, tu negocio puede no tener límites. Por lo tanto, es natural tener este miedo.



El miedo a ser tu propio jefe:

Para los emprendedores noveles que acaban de dejar atrás el mundo corporativo y que han estado acostumbrados a un entorno estructurado, lo primero que temen es ser su propio jefe. Han estado siguiendo un guión escrito por sus jefes y ahora les toca escribirlo ellos mismos, algo que por sí solo puede ser aterrador particularmente para emprendedores novatos.

Según el psicólogo, Colleen Long:



"El ser su propio jefe es tanto lo mejor como lo peor de ser emprendedor. Nadie te va a decir lo que tienes que hacer. Se te puede pasar el tiempo sin que hayas hecho nada, porque no hay nadie a tu alrededor marcándote las pautas sobre lo que hay que hacer".



El miedo a quedarte sepultado por el trabajo:

Al contrario de lo que piensan muchas personas, los emprendedores no trabajan menos que los empleados. De hecho, trabajan bastante más. Y esto puede ser aterrador para las personas que han trabajado hasta entonces por cuenta ajena.



En el largo camino del emprendedor no existen los horarios fijos de nueve a cinco; trabajan las 24 horas al día. Como reconocería la mayoría de los emprendedores, incluso trabajan mientras duermen. Entonces, cuando piensas en el trabajo que te espera, es muy sano tener miedo. ¿Por qué? Porque la vida del emprendedor es muy exigente. ¡No es para los perezosos!



El miedo al aburrimiento:

Si eres de los que piensan que, como emprendedor, solo hay que temer la carga de trabajo, ¿qué me dices del aburrimiento? Se trata de uno de los temores asociados con el día a día de tu negocio. Llega a un punto cuando para ti no hay nada que te apasione de tu negocio y empiezas a aburrirte. Puedes empezar a perder la pasión y el empuje con los que empezaste tu negocio. Todo empieza a parecer rutinario.



Pues, sí, puede ser sobrecogedor. Y las personas más propensas a este tipo de temor son los emprendedores en serie a los que les encanta empezar negocios y no tanto gestionarlos. Es la descarga de adrenalina que sienten en la fase inicial que les interesa, en lugar de los procesos estructurados del día a día.



Si sientes este miedo, entonces es una buena señal de que debes encontrar a un socio que te complemente o un gestor en las fases iniciales del negocio, capaz de asumir la responsabilidad cuando pierdas fuelle. Además, es importante que seas sincero contigo mismo; ¿de veras te apasiona el negocio que estás a punto de emprender? O ¿te apasiona tu actual negocio? Solo puedes aburrirte de algo que no te gusta hacer. ¡Así que ándate con mucho cuidado!



El miedo al fracaso:

Ahora le toca al temor más grande de todos: el miedo al fracaso. Todos los temores arriba señalados se resumen en este único miedo. Las estadísticas sobre las empresas que fracasan cada año con aterradoras. Éste es uno de los motivos por el que mi sitio web recibe tanto tráfico relacionado con este asunto, porque la gente busca respuestas sobre cómo convertirse en los pocos que triunfan.



El miedo al éxito:

He incluido este último temor porque es uno del que los emprendedores no suelen hablar. Además del fracaso, los emprendedores también temen el éxito; ¿qué pasaría si nuestro negocio fuera tan exitoso como para que todo se vaya al garete por nuestra incapacidad de satisfacer las necesidades de nuestros clientes?



El éxito puede ser tan mortífero como el fracaso. El crecer con demasiada rapidez es una de las formas en la que el éxito puede destruir tu negocio. Pues, sí, no solo debes temer el fracaso; debes temer de igual modo el éxito.



Conclusiones

Todos los temores arriba mencionados son válidos, así que no pasa nada si albergas uno o más de ellos al emprender tu camino en el mundo empresarial. Lo que no es normal es no hacer nada para aplacar tus miedos.

Publicado
16/08/2013