En 2007, la ciudad de París lanzó Vélib', un programa para compartir bicicletas, con 10.000 bicicletas y 750 punto de alquiler. Unas aplicaciones para teléfonos inteligentes ayudan a los usuarios a encontrar una bicicleta donde y cuando la necesitan, a calcular las calorías que queman y las emisiones de CO2 que evitan y a competir con sus amigos en Facebook en cuanto a kilometraje realizado.
Desde entonces, Vélib' ha crecido para sumar más de 17.000 bicicletas en 1.200 puntos de alquiler, pero la transición no siempre fue fácil. Este programa público estuvo plagado de vandalismo, mala coordinación y desfases de oferta y demanda. Pero la ciudad no ha ocultado estos retos, sino que ha dado un testimonio bastante sincero (para un gobierno) de sus dificultades y soluciones; y lejos de tirar la toalla, planea lanzar para finales del presente año Autolib', con coches eléctricos.
Vélib' es sólo uno del creciente número de proyectos y empresas basados en un solo concepto fundamental: el milenario arte de compartir. Pero lo que diferencia estas iniciativas de, digamos las agencias de alquiler de coches y los vídeo clubs del siglo XX, es el uso de herramientas de comunicación sociales, lo que permite a los clientes personalizar y predefinir sus experiencias y compartirlas con otros.
Desde bicicletas y coches hasta viviendas, despachos y estudios de grabación, aparentemente no hay límite al número de posesiones físicas que se pueden compartir con otras personas; o a las ganancias que podrás obtener de compartir tus cosas sin más.
Según Lisa Gansky, cofundadora de Ofoto y una de las primeras personas que marcaron tendencias en Internet, estas empresas existen dentro de "The Mesh" [La Malla] (se puede comprar el libro en Amazon.com), donde las empresas utilizan la tecnología social y datos captados de todas las fuentes posibles para proporcionar a la gente bienes y servicios en el momento preciso en el que los necesitan, sin la carga y el coste de hacerse con la titularidad plena de ellos.
"Las empresas Mesh ayudan a las personas a aumentar la utilidad de lo que poseen", afirma. "La gente posee sus coches, pero los utiliza sólo un 8% del tiempo. Permanecen gran parte del tiempo en el garaje, por lo que los programas online de compartir coche son tan exitosos".
Gansky alquila un despacho compartido en The Hub, cerca de donde vive en San Francisco, y en Ámsterdam y Milán cuando tiene que viajar por motivos de trabajo. The Hub permite a Gansky ahorrar el dinero que tendría que gastarse para mantener un despacho todo el año y le brinda la oportunidad de experimentar los negocios de una forma que no podría haber hecho por sí sola; a través de escritores, emprendedores y líderes empresariales a los que ha conocido en los despachos que comparte por todo el mundo.
"La red de The Mesh puede proporcionarnos cosas que queremos exactamente cuando las necesitamos", afirma. "Nos puede facilitar el acceso a dichos bienes, lo que reduce sobremanera la necesidad de tenerlos en propiedad. ¿Por qué comprar, mantener y guardar una sierra de mesa, un cortacéspedes o un coche cuando están disponibles en seguida cuando los necesitamos, a una fracción del coste?"
Gansky está convencida de que el futuro de los negocios reside en compartir las cosas y que es mucho menos probable que la Generación Z sienta la necesidad de poseerlas, sobre todo aquellos artículos que les aten a un lugar. La gente compartirá e intercambiará viviendas, coches, ropa y comida.
Incluso hoy en día, es mucho menos probable que hace unos años que la gente compre artículos físicos tales como CDs, que pueden descargar sin más de iTunes o escuchar gratis en Pandora.com. Los consumidores comparten vídeos vía servicios de venta a distancia como Netflix, uno de los primeros innovadores del Mesh que surgió porque Blockbuster no escuchaba a sus clientes.
Los consumidores llevaban años quejándose de los cargos por devolución tardía de Blockbuster, pero la empresa no les escuchaba o respondía. A finales de los 90, Reed Hastings, sulfurado por haber olvidado de devolver Apollo 13 a tiempo, fundó un servicio de venta a distancia que facilitaba a los clientes acceso a las películas que tenían ganas de ver cuando las querían ver, sin cargos por devolución tardía. Al aprender de los errores de Blockbuster, Netflix no sólo ha mantenido un diálogo abierto con sus clientes vía los medios sociales, sino que también no ha dejado de adoptar nuevas tecnologías, la última iniciativa siendo el vídeo streaming a petición.
En The Mesh se puede compartir casi cualquier cosa. Desahuciado por la crisis económica, Scott Martin encontró inspiración en las aceras de Los Ángeles y, como resultado, fundó una empresa para compartir árboles de Navidad. Los clientes eligen su árbol online. Martin los cultiva, los entrega en tiestos antes de las vacaciones navideñas y luego los recoge. Los vehículos de reparto de la empresa funcionan con biogasóleo.
Los conductores recogen artículos para la beneficencia y papel para su reciclado. Los árboles los cuidan personas con discapacidad.
Desde una óptica experimental, Crushpad ayuda a las personas a compartir maquinaría e instalaciones bodegueras desde sus oficinas en Bordeaux y Napa. Unas herramientas online permiten a los clientes dedicar el tiempo que quieran a elaborar su vino. Asimismo, Crushpad ayuda a la gente a definir el tipo de vino que quiere elaborar y monitoriza los viñedos. Si quieren, los clientes pueden participar en la vendimia, el despalillado, el prensado y la fermentación de la uva, sin que se sientan obligados a ello. A medida que envejece el vino, pueden catarlo y tomar decisiones sobre su mezcla; Crushpad incluso les envía muestras. Luego, el equipo de creativos de la empresa ayuda a los clientes a diseñar etiquetas, seleccionar tipos de botella y elegir las especificaciones del empaquetado.
Esto no quiere decir que las empresas Mesh no tengan que afrontar retos, porque sí lo tienen que hacer; sobre todo cuando se trata de la confianza. No hay que hacer más que recordar los problemas de vandalismo en caso de las bicicletas de París. Para nosotros es difícil ceder el control sobre nuestras posesiones. En el caso de los negocios tradicionales, el crédito financiero permite a la gente comprar y alquilar, al tiempo que transmite un sentido de la responsabilidad a vendedores y prestamistas. En el Reino Unido, Thrifty presta coches a viajeros, a sabiendas de que si se produce un accidente o daños, no le supondrá una pérdida económica inasumible. Las empresas Mesh no tienen tales garantías.
En el mercado online, el crédito no es de lejos tan importante como la reputación, y una vez que te hayan colocado el sambenito de abusón te costará años recuperar tu buena reputación. Por poner un ejemplo, los programas para compartir coche ayudan a las personas a pedirlo prestado de sus vecinos, pero los propietarios pueden cobrar lo que quieran. Una reputación estelar te puede ahorrar mucho dinero, ya que permite a los propietarios evaluar los riesgos que atañe prestarte su coche.
Mientras tanto, las empresas Mesh forman alianzas las unas con las otras para proporcionar a los consumidores ahorros adicionales. Haz la compra en una tienda de alimentos naturales y consigue descuentos en el precio de alquiler de una bici por media jornada y de alimentos en la huerta comunitaria. Y para las empresas Mesh, todos estos "extras" conducen a mayores beneficios y más clientes, lo que conduce a su vez a más oportunidades de ventas y un mayor reconocimiento de marca.
Al fin y al cabo, lo que hace que The Mesh sea tan impresionante es su sostenibilidad fundamental. The Mesh pone en tela de juicio la mentalidad económica actual de comprarlo y tirarlo, lo que exige tanto a los recursos de la Tierra para alimentar un mercado consumista insaciable, con un paradigma de construir-compartir-compartir. Tu vecino quiere aquel chándal a rayas rojas que guardas en el fondo del armario… lo único que tienes que hacer es compartirlo. One+
En The Mesh
Estas empresas Mesh ayudan a las personas a compartir lo que tienen o a conseguir lo que necesitan vía las herramientas de comunicación sociales. Echa un vistazo a las empresas que hay en The Mesh, o añade la tuya.
Bidandborrow: pone en contacto a gente con "trastos" (carricoches, sofás o esquís) y servicios (decoración, pintura o pasear perros) con gente que los quiere alquilar o usar.
Bigwardrobe: permite a unos 30.000 miembros en todo el mundo a intercambiar ropa que no se ponen con artículos que sí se pondrán, con el objetivo final de ofertar el mayor guardarropa del mundo.
Flexpetz: proporciona acceso local a una variedad de perros, todos los cuales han sido rescatados o reubicados. Los miembros pueden pasar desde sólo unas horas a varios días con el perro de su elección.
Kisskissbankbank: conecta a creadores, artistas, humanistas, inventores, exploradores, productores de cine, diseñadores, atletas y medioambientalistas con un gran número de benefactores que eligen y financian las ideas y los proyectos de su elección.
Liverightsize: promociona tu vivienda ante personas que tienen interés en un intercambio a corto plazo, a largo plazo o permanentemente.
Meineernte: ofrece huertas en régimen de alquiler.
Whipcar: proporciona una plataforma desde la que las personas pueden alquilar sus coches por un precio que ellas mismas establecen. Los interesados pueden realizar búsquedas en un directorio de coches y solicitar su alquiler por un tiempo determinado.
Yours2share: pone en contacto a personas que quieren compartir bienes valiosos. Te ayuda a encontrar a una persona o personas que quieren comprar el mismo barco, vivienda, caballo o cuadro que tú para que lo compréis juntos. Si no quieres comprar algo o no te puedes permitir el lujo de comprarlo, te ayuda a encontrar a alguien que te lo alquile.
Mesh significa negocio
1. Las empresas Mesh ofertan productos, servicios o materias primas que se pueden compartir dentro de una comunidad, un mercado o una cadena de valor.
2. Las empresas Mesh utilizan avanzadas redes Web y de datos móviles para hacer un seguimiento de bienes y agregar información de uso, clientes y productos.
3. Las empresas Mesh se centran en bienes físicos compartibles, lo que hace que la entrega local de servicios y productos –y su recuperación– sea valiosa y relevante.
4. Las empresas Mesh utilizan el boca a boca, y la difusión viral vía los medios sociales, para transmitir ofertas, noticias y recomendaciones.
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Publicado
12/02/2011