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En estos tiempos de crisis económica, la mayoría de nosotros se las apaña con menos; menos personal, menos dinero, menos suministros. El resultado final: mucha gente está muy quemada y sin trabajo. Después de todo, hay un límite para lo que uno puede hacer solo.
Hay esperanza. He aquí algunos consejos para capear el temporal sin comprometer tu propio empleo.
- Toma los días de vacaciones que te correspondan. Desde luego, la posibilidad de que algo (o todo) pueda ir mal mientras que estés fuera de la oficina te preocupará, pero necesitas tiempo para recargar las pilas. Según el CNN.com, sólo en los EE.UU. la gente desaprovechó 448 millones de días de vacaciones en 2010; es decir, se desperdiciaron. Estar descansado y revitalizado es esencial para tu productividad, salud mental y moral. Escápate y piensa en cosas ajenas al trabajo; puede que, durante tus vacaciones, se te ocurra otra perspectiva o una nueva idea.
- Mantenle informado a tu jefe. Cuanto mayor sea tu responsabilidad más necesidad tendrás de rendir cuentas por los resultados finales. Si mantienes al tanto a tu supervisor de tus progresos en tareas clave, le proporcionarás una mayor visión global de la gestión de las operaciones de la empresa. Los jefes proactivos identificarán los problemas que conducen a la saturación del personal. Si les proporcionas las herramientas para medir la evolución de las cosas, podrás ayudarles a tomar decisiones informadas sobre si se debe contratar a más personal.
- Pregunta sobre la posibilidad de contratar a más personal. En algunos casos todos los empleados están casi desbordados. Simplemente la jornada laboral no da más de sí. Esto es cuando viene muy bien mantener una conversación franca y directa con el jefe. Lo peor que puede decirte es no. Pero si le ofreces unos argumentos convincentes, detallando las tareas de las que un nuevo empleado podría hacerse cargo y cómo esto podría ayudar a generar ingresos adicionales, es posible que te haga caso.
- Documéntalo todo. Los retrasos de tus compañeros de trabajo pueden afectar tus propios plazos y, desde luego, no quieres que te echen la culpa. Documéntalo todo. Envía resúmenes de todas tus conversaciones por correo electrónico para que las expectativas y los procesos queden claros. De este modo siempre tendrás suficiente respaldo por si se tuercen las cosas.
- Sé eficiente. Con más tareas que realizar, la clave reside en la eficiencia. Crea plantillas para tu correspondencia regular. Habla con tus compañeros para buscar formas de colaborar y reducir duplicidades. Cualquier cosa que puedas hacer para eliminar tan solo un paso de tu trabajo te ahorrará tiempo que podrás dedicar a realizar tareas atrasadas.
- Separa el trabajo del ocio. Ya es muy fácil comprobar el correo electrónico en casa mientras esperas a que hierva el agua; pero puede convertirse en una adicción peligrosa. Invade sigilosamente tu tiempo de ocio y conduce a largos períodos de trabajo que te quitarán el tiempo que necesitas para desconectar y recargar las pilas. One+
Publicado
01/01/2012